martes, 24 de noviembre de 2015

¿Existe relación entre la nutrición y la educación?


Diversos estudios a nivel internacional aportan evidencia sustancial de como la desnutrición en los primeros años de vida afecta el crecimiento del cerebro, el sistema inmunológico, el desarrollo intelectual y socioemocional en los niños y niñas pequeños lo cual tiene repercusión en la adolescencia y la edad adulta.

Estas investigaciones cobran significativa importancia durante la escolaridad, ya que los problemas nutricionales afectan especialmente los estratos socioeconómicos más deprimidos de la sociedad, en la edad escolar, esto se traduce en altos índices de deserción escolar, problemas de aprendizaje y bajo ingreso a la educación superior, lo cual limita el desarrollo de los pueblos. Por lo tanto se alcanzaría un claro beneficio económico e  incremento de la productividad del adulto, con la implantación de políticas gubernamentales exitosas al prevenir la desnutrición infantil.

Dentro de estos trabajos se destaca la investigación realizada por Leiva y Col (2001), quienes estudiaron el impacto del estado nutricional en el desarrollo cerebral, inteligencia y rendimiento escolar, en el marco de un enfoque multifactorial de 200 escolares Chilenos pobres egresados de la educación media, de edades de 17.5 ± 0.8  y en donde los procesos físicos e intelectuales estaba consolidados. El desarrollo cerebral fue evaluado por resonancia magnética por imágenes (RMI), el coeficiente intelectual (CI) por medio del test de Weschelr-R, el cual correlacionó alta y significativamente con el Test de Matrices Progresivas de Raven validado para la población chilena. El rendimiento escolar se determinó a través de las baterías de pruebas de castellano y matemática.

Los resultados mostraron que los escolares con indicadores de desnutrición presentaron un volumen encefálico de aproximadamente 200cc y 100cc menos, en comparación a los escolares no desnutridos, tanto en el sexo masculino, como femenino, respectivamente y que el rendimiento escolar está condicionado significativamente por factores genéticos y ambientales. Por otra parte el CI de los escolares desnutridos era de 25 puntos más bajo y su rendimiento escolar equivalente a la tercera parte, del presentado por los escolares no desnutridos. Otros datos revelaron como el CI del alumno, el CI de la madre, el CI del padre, el peso del nacimiento, la talla del nacimiento, y la desnutrición acaecida en los primeros años de vida, fueron factores determinantes en el rendimiento escolar, siendo el CI del alumno la variable de mayor contribución al explicar la varianza del rendimiento escolar en ambos sexos.

Lo anterior conduce reflexionar sobre la importancia de la promoción de hábitos saludables de alimentación desde la infancia y su repercusión en el desarrollo de los aspectos cognitivos, afectivos, emocionales y motores de los niños y las niñas, así como las desventajas y limitaciones en su desarrollo futuro. Dentro de estos escenarios no solo la disponibilidad de alimentos y suministro de una dieta adecuada son los aspectos determinantes, también influyen de manera determinante el ambiente escolar, las estrategias empleadas por el maestro y su formación profesional en el tema alimentario y nutricional, la preparación de los alimentos, el patrón alimentario de los padres, aspectos socioeconómicos del grupo familiar y la cultura de la comunidad donde se desenvuelve. También es relevante el desarrollo de políticas gubernamentales de apoyo a los canales de comunicación orientados al fomento de mensajes positivos sobre la promoción de hábitos de alimentación saludables desde la etapa de gestación.

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